No todo lo que dicen sobre los videojuegos es cierto. Tacharlos de adictivos y peligrosos, sin tener en cuenta variables como la cantidad de tiempo y el tipo de juego, es un argumento vacío.
Si se controlan, y se evita el exceso o la sobreexposición, estas ‘armas’ de entretenimiento pueden ayudar, y mucho, a los niños en pleno crecimiento intelectual.
En la siguiente publicación expondremos el lado positivo de jugar videojuegos en las mejores PC de https://parajugarfreefire.com/pc-gamer/.
- ¿Puede un juego ser educativo?
- ¿Mejorará sus habilidades cognitivas?
- ¿Potenciará su capacidad para retener información?
Esas son preguntas que, a continuación, responderemos. Mencionaremos beneficios de jugar videojuegos en los niños que te impresionarán de forma positiva.
Índice de contenidos
Beneficios de jugar videojuegos en los niños
Ayuda al aprendizaje desde temprana edad
Lo primero que imaginamos cuando pensamos en videojuegos son dos cosas: violencia y sangre. Sí, hay unos cuantos, pero la mayoría son para adultos y adolescentes. Un niño pequeño no debería tener contacto con este tipo de entretenimiento.
En cambio, encontrarás juegos educativos que enseñan sobre temas muy interesantes como: medicina, historia, cultura, corrientes artísticas, música y deportes.
Por ejemplo, en juegos como Tomb Raider, tu hijo aprenderá sobre historia y arqueología. También hay videojuegos donde la premisa es operar o hacer experimentos de química.
Los niños, que son como una esponja, absorben toda esa información y la retienen en el cerebro.
Lo hará más feliz
Los videojuegos son una industria que ha llamado la atención de muchos investigadores. Entre tantos estudios que se han hecho al respecto, hay uno interesante.
De acuerdo a la Universidad de Oxford, cuando un niño consigue resolver una problemática en el juego, pasa de niveles o vence al jefe de turno, su cuerpo, específicamente el cerebro, reacciona liberando dopamina. La hormona de la felicidad.
Dicha sustancia juega un papel clave en la salud mental. Tu hijo se sentirá más alegre y alejado de enfermedades relacionadas al trastorno emocional, como depresión y ansiedad.
Aprenderá a seguir adelante
Incluso si no gana, o no logra derrotar las adversidades del juego, no es necesariamente algo malo. El mismo estudio citado afirma que cuando estos pierden, no siempre liberan sustancias negativas. Al contrario, reaccionan con sustancias positivas: interés, alegría y motivación para superarse en el juego. Fenómeno que, seguramente, se trasladará a su vida diaria, los estudios y los deportes.
Será más ágil y crítico
Si algo caracteriza a los videojuegos es la cantidad de tareas a resolver por misiones. Incluso los más sencillos incitan a los jugadores a superar múltiples escenarios al mismo tiempo.
Un concepto que se encuentra ligado a la agilidad mecánica del cerebro y las reacciones del cuerpo. Pero, ¿cómo logra esto? Podría explicarse con el crecimiento de la materia grisácea, una zona del cerebro responsable de la recepción de información.
Por ejemplo, los juegos de estrategia, ayudarán a que tu hijo tome decisiones rápidas, lidie con los imprevistos, retenga mayor información, piense de manera crítica antes de tomar decisiones, aumente su capacidad para leer las letras pequeñas y desarrolle pensamientos cognitivos complejos para solucionar problemas.
Despierta vocaciones
Los niños, a menudo, hablan sobre qué quieren ser cuando sean grandes. Los videojuegos son una excelente palanca para despertar vocaciones en los más pequeños. ¿Qué tipo de vocaciones?
- Medicina
- Biología
- Matemática
- Informática
- Historia
- Deportes
- Criminología
- Idiomas
Será más sociable
Un concepto aceptado entre la sociedad es que los niños y adolescentes que disfrutan de los videojuegos son más propensos a aislarse y no formar parte de la comunidad.
No estamos de acuerdo. Los juegos de roles, de aventura, o videojuegos multijugadores incentivan a los niños a incorporarse a grupos sociales. Incluso estando en casa, hacen amigos en las redes y desarrollan habilidades de comunicación.
Eso se traduce en mayor capacidad para adaptarse a entornos sociales: universidades, colegios, puestos de trabajos, equipos deportivos, grupos de aficiones, etc.