La presencia del coronavirus en la vida cotidiana ha planteado un sinfín de interrogantes. Uno de ellos es saber qué es lo que pasa con la alimentación los bebés recién nacidos de madres positivas en COVID-19
La presencia del coronavirus en la vida cotidiana ha planteado un sinfín de interrogantes. Uno de ellos es saber qué es lo que pasa con la alimentación los bebés recién nacidos de madres positiva en COVID-19.
No hay evidencia científica sobre la transmisión del virus a través de la leche materna. Ahora bien, si la madre decide alimentar a su bebé a través de este método, Sara Cañamero, matrona y asesora de lactancia certificada IBCLC (International Board Certified Lactation Consultant) insiste en que se deben tomar las siguientes precauciones:
– Considerar que otra persona sana administre leche materna previamente extraída.
– Si se decide dar el pecho directamente la madre debe estar informada de los riesgos del contacto.
– Llevar siempre mascarilla.
– Lavarse las manos antes y después de la toma.
– Esterilizar los biberones y sacaleches en caso de uso.
La Sociedad Española de Neonatología, basándose en la experiencia de China, desaconseja la lactancia materna hasta que se confirme que, no sólo la madre, sino también la leche, haya dado negativo para COVID-19. La madre se extraerá leche para estimular y en los casos en los que sea posible se recurrirá al banco de leche.
En la última publicación de The Lancet se recomienda la separación de la madre positiva y del neonato durante 14 días.
Lactancia y coronavirus, juntos pero no revueltos.- Las diferentes autoridades mantienen distintas posiciones en relación al coronavirus y lactancia materna:
– Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), se puede hacer una excepción en el caso de una madre que da el pecho. Considerando los beneficios de la lactancia materna y que no se ha probado la presencia de virus en la leche, la madre puede continuar amamantando, pero tomando las medidas de precaución mencionadas anteriormente.
– Según UNICEF, si la madre está enferma se recomienda la extracción de la leche y administrarla al bebé mediante vaso o cucharita, observando que se mantienen todas las condiciones de asepsia.
– La Liga de la Leche insiste en que no hay que interrumpir la lactancia materna si se da positivo para el COVID-19, ya que ese bebé ya se ha expuesto al virus y se verá beneficiado de la lactancia materna.
– Para e-lactancia.org, ya que los síntomas iniciales son muy similares a un resfriado común o asintomáticos, se considera inefectivo aislar a la madre. Considerando los beneficios de la lactancia materna, la madre puede continuar amamantando, al igual que lo hace en presencia de otros virus respiratorios.-
– En esto coincide también AELAMA, que recomienda no separar a la madre del bebé, así como mantener la lactancia materna en los casos de madres infectadas, adoptando las medidas para minimizar el contagio.
Medidas para mitigar el contagio
Tras los cálculos efectuados basándose en el comportamiento de la infectividad del COVID-19 hasta la fecha y teniendo en cuenta que es un virus que muta, y su comportamiento cambia, parece que el 60% de la población va a infectarse.
Aún existen dudas acerca de la letalidad (se estima es similar a la gripe) y también acerca de la infecciosidad, ya que se desconoce si las personas pueden transmitir la infección estando asintomáticas. Parece que las personas contagiadas pueden empezar a transmitir la enfermedad 1 o 2 días antes de que se presente síntomas. Además, se sabe que el 80% de la población presentarán síntomas leves o moderados (muchos no sabrán siquiera que han padecido la enfermedad) con lo que el control basado en los síntomas en insuficiente o poco eficaz.
Otra incógnita es cuánto dura el periodo de infecciosidad, que, de momento, se ha establecido en 10 días desde el periodo de incubación.
Los objetivos principales de la mitigación son minimizar la morbilidad y la mortalidad asociada, evitar un pico epidémico que sobrepase los servicios de atención médica, mantener los efectos en la economía dentro de niveles manejables y aplanar la curva epidémica a la espera del desarrollo y la fabricación de vacunas a gran escala y terapias con medicamentos antivirales.
Ya que parece aún lejana la vacuna o el desarrollo de un medicamento que disminuya los síntomas, parece que las siguientes medidas son las que se pueden desarrollar:
– La cuarentena obligatoria, la suspensión de reuniones masivas, el cierre de institutos educativos o lugares de trabajo donde se ha identificado la infección y el aislamiento de hogares, pueblos o ciudades.
El cierre de los centros educativos fue un pilar importante en la respuesta a la gripe A. Sin embargo, en este caso, es poco probable que sea eficaz dada la baja tasa aparente de infección entre los niños, aunque los datos siguen siendo escasos.
El hecho de evitar grandes reuniones de personas reducirá el número de eventos súper difundidos. Sin embargo, si se requiere un contacto prolongado para la transmisión, esta medida solo podría reducir una pequeña proporción de contagios.
Las únicas dos medidas que se han adoptado en China y que han demostrado que controlan la propagación de la pandemia han sido la separación social y el aislamiento de las personas infectadas.
Fuente Comunicae