¿No te gusta ir al dentista? ¿Te pierdes los controles anuales? Las personas esperan hasta las últimas instancias, cuando no soportan el dolor, o sus encías no dejan de sangrar, para reservar una cita en el odontólogo.
Esto es un error. Hasta el mal aliento es una señal de la presencia de una enfermedad más grande, como cáncer en la cavidad bucal.
Sí, estamos de acuerdo en que es un lugar aterrador, pero con tantas ventajas asociadas, por ejemplo, a visitar una clínica dental de periodoncia en Madrid, vale la pena dejar el miedo y hacer un esfuerzo.
Descubre con nosotros cuáles son esos beneficios de visitar al dentista una vez al año.
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Beneficios de visitar un dentista una vez al año
Detectar problemas dentales a tiempo
No es necesario que sientas molestias en la boca, los dientes o las encías para ir al dentista. Este especialista detectará a tiempo problemas que, en un futuro, se convertirán en un dolor de muelas, literalmente.
Los problemas en la placa, o las bacterias que día a día se comen el azúcar en tus dientes, se van acumulando hasta que llega un punto en que explotan y es demasiado tarde.
La mayoría de estas afecciones pasan desapercibidas y nos enteramos cuando la situación es irreversible.
Con visitar al dentista una vez al año detectarás y tratarás caries a tiempo, verificarás el estado de los empastes para asegurarte de que estén en buenas condiciones y corregir los que estén defectuosos y tratarás de raíz el mal aliento, una de las peores enfermedades orales a la que no se le da la importancia que merece.
Reducir el riesgo de enfermedades crónicas
Hay pacientes que tienen enfermedades dentales crónicas en desarrollo, y no son conscientes de lo que sucede en su boca. Al igual que otras afecciones orales mencionadas, al principio pasan desapercibidas.
Si acudes a tu visita anual al dentista, el profesional revisará tu cavidad y buscará signos de cáncer oral. Esto es vital para las personas que fuman cigarro y tabaco, ya que son los más propensos a desarrollar este tipo de tumor en la boca.
Por otro lado, investigaciones médicas periodontales relacionan enfermedades orales y otras afecciones bucales con enfermedades crónicas, como diabetes, neumonía, Alzheimer y accidentes cardiovasculares.
Si detectas a tiempo uno, combates la presencia del otro. Es un efecto dominó.
Ahorrar dinero
No sé cuántas veces hemos escuchado: ‘no voy al dentista porque es demasiado costoso’. Sí, ir al odontólogo no es lo más económico del mundo, pero piénsalo por un momento.
¿Cuánto cuesta retirar un diente? O, peor aún, ¿cuánto cuesta restaurar la estructura dental completa?
Mucho dinero.
Si asistes religiosamente a tu cita en clínicas de confianza, como la clínica dental Hortaleza, atacarás esos problemas y enfermedades dentales antes que se conviertan en un problema severo, y sobre todo, costoso.
Preservar tus dientes
Ahora que estamos hablando de dientes, seguro que no quieres deshacerte de ellos, ¿cierto? Las afecciones que atacan a los dientes y la boca llegan a un punto donde la única solución es retirarlos, ya sea porque están defectuosos o podridos.
La boca es un sistema. Necesita que cada uno de los engranajes encajen y estén en perfecto estado para funcionar correctamente.
Evita que te saquen tus dientes. Ve al dentista, asiste a tus citas y limpiezas frecuentes y despreocúpate.
Mejorar tus hábitos de higiene bucal
Las personas creen que lavarse los dientes dos veces al día es suficiente para mantener la cavidad bucal en buenas condiciones. No es así de simple. Ojalá lo fuese.
Existen formas efectivas de manejar tu higiene y los dentistas son los más indicados para enseñarte a cómo hacerlo.
Te ayudarán a desarrollar y mantener hábitos de higiene bucal, perfeccionar los que ya tienes y cuidar tu salud general.
Lucir una buena sonrisa
El sueño que todos tenemos es lucir una sonrisa blanca y reluciente. Visitar a un dentista una vez al año te ayudará a lograrlo.
Una buena sonrisa se consigue a través de limpiezas frecuentes con equipos profesionales, manteniendo los hábitos de higiene bucal y previniendo afecciones y enfermedades a temprana edad de desarrollo.
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